Entrevista a Gisela Martina Luski, coordinadora del libro Derecho del Comercio Electrónico: «Es el libro que nos hubiera gustado leer a los que trabajamos en e-commerce, antes de dedicarnos a esto.»
Gisela Martina Luski es abogada matriculada (UADE, C.P.A.C.F.), Magíster en Propiedad Intelectual por la Universidad Austral y Agente de la Propiedad Industrial (INPI). Fue becada por el Gobierno de Austria para realizar cursos de posgrado y por la Oficina de Patentes de Japón para especializarse en Propiedad Intelectual. Fue invitada como especialista para participar en la mesa de trabajo de Ética y Regulación del plan de Inteligencia Artificial de la Ciudad de Buenos Aires. Coordina la materia "Derecho del Comercio Electrónico" de la Maestría en Propiedad Intelectual y Nuevas Tecnologías de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral y, a su vez, la obra homónima que presentamos en esta entrevista.
El libro Derecho del Comercio electrónico trata los aspectos normativos, comerciales y tecnológicos del negocio. Está basado en la normativa argentina, pero tiene una mirada regional. La obra nace ante la limitada oferta de textos sobre el tema que existía en Latinoamérica y fue escrita por especialistas que trabajan en e-commerce todos los días.
En la entrevista, Martina Luski nos cuenta su experiencia para llevar a cabo el libro Derecho del comercio electrónico. No solo nos comparte sus motivos de inspiración, sino también los desafíos que logró superar para poder publicar la obra.
¿Podrías compartir detalles acerca del proceso de investigación y redacción del libro?
Me planteé como objetivo hacer el libro que me hubiera gustado leer, antes de comenzar a trabajar en e-commerce.
Por eso, pensé en lo que hacemos en una compañía de comercio electrónico todos los días, cuáles son las normas de referencia y los tips clave que debemos conocer.
Como si fuera poco, me propuse que se editará en tiempo récord para que no perdiera vigencia. Los autores, pese a sus agendas terribles, se hicieron un hueco para compartir generosamente su expertise. Evidentemente, todos coincidimos en que existía la necesidad de que se lanzará una obra como esta cuanto antes.
En relación con el índice, el curso de Derecho del Comercio Electrónico que dirijo para la Universidad Austral desde 2020 nos allanó el camino, porque en aquel momento ya había hecho el mismo ejercicio nerd: crear la materia que me hubiera gustado cursar a mi, hace cinco años, cuando empecé a dar mis primeros pasos en el mundo del e-commerce. La conclusión es un programa que da un panorama general de todo el negocio.
Diseñar el curso y el libro no fue fácil, porque si bien existían antecedentes muy importantes, como el libro de Comercio Electrónico de Lorenzetti de 2001, que fue un visionario, en el medio se había dictado el fallo Belén Rodríguez y tantos otros, se habían lanzado los servicios fintech y habían explotado las redes sociales. Y no encontraba una obra actualizada o que fuera tan amplia. Así que, decidimos hacerla nosotros y el desafío fue dónde cortar.
El libro tiene 15 capítulos y más de 400 páginas. Da una visión 360 del negocio y, si bien es muy abarcativo, coincide con la realidad del comercio electrónico, en la que cada día se ven los temas del índice, y ¡más! Aunque podría escribirse un libro entero sobre cada uno de los temas del libro, muchos capítulos son verdaderos tratados de treinta o cuarenta páginas.
Así y todo, es un libro práctico y con una marcada visión comercial. Es el libro que nos hubiera gustado leer a los que trabajamos en e-commerce, antes de dedicarnos a esto. Y también ahora, porque este negocio abarca tanto que no es posible saber todo.
¿Cuáles fueron los desafíos o retos que se presentaron durante la creación de la
obra y cómo se abordaron?
Mi mayor preocupación era que en el libro estuvieran todos los temas que quería incluir. Es decir, que todos los autores que invité se sumaran. Además, que se editara rápido. Que fuera un libro de derecho, pero ameno. Totalmente atravesado por la visión comercial y la tecnología.
El proceso demandó realmente mucho esfuerzo: encontrar a las personas indicadas, que tuvieran ganas de escribir, que pudieran hacerse el hueco para eso, que no se superpusieran los temas, coordinar a tanta gente, velar porque se entregaran los capítulos a tiempo (entendiendo, a su vez, que cada uno lidiaba con otros compromisos).
Fueron muchas entrevistas con los autores, muchas idas y vueltas de drafts, mucho esfuerzo de todos para cumplir con los deadlines.
Fue clave seguir la hoja de ruta que me había planteado, segmentar bien cada capítulo y pushear a todos para cumplir con los plazos, aunque seguramente me gané el odio temporal de más de un autor amigo.
Fue gracioso porque, en paralelo, obviamente debía atender y priorizar mi trabajo principal, como todos, pero además estaba organizando mi casamiento (también en tiempo récord, porque me aburren los procesos largos). Sin embargo, nunca me aparté del objetivo.
Seguí coordinando el libro y escribiendo a la par de todos, excepto durante los quince días de mi luna de miel, ¡porque no era negocio ganar un libro pero perder un marido! En conclusión, creo que puedo comparar el proceso de esta obra con lo que le pasó a la Selección en el último Mundial.
Al comienzo, parecía algo imposible. La Austral me había pedido coordinar este proyecto en 2021 pero no acepté porque no tenía tiempo y me parecía algo titánico.
Cuando acepté a fines de 2022, me sentía una novata, como Scaloni, pese a que ya había hecho algo lindo con el programa académico. Fui convocando a mis colegas/amigos para "jugar" y, de pronto, tenía a la mejor Selección del mundo lista para salir a la cancha.
Íbamos escribiendo los capítulos, completando los hitos, ganando los partidos. Cuando ya teníamos todo escrito y estábamos llegando a la final, llegó el partido más importante: el proceso editorial. Viví muchos nervios porque quería que efectivamente se editará y, además, en tiempo récord para que no se desactualizara y poder honrar el trabajo de todo mi equipo, que me había acompañado ciegamente en esta epopeya. Entonces, Austral Ediciones se puso la diez y metimos el último gol, pese a todos los conflictos que pueden surgir en un país como el nuestro (¡incluyendo una crisis del papel!). En dos meses, el libro estaba en la calle (o, mejor dicho, en plataformas de e-commerce, por razones obvias).
Cuando nos llegó a todos la versión impresa y el libro despertó un interés enorme en todos lados, se sintió un poco como ganar el Mundial.
¿Cuáles son los aspectos o temas más relevantes de tu libro y cómo podrían impactar en el público destinatario?
Esta obra es como el GPS del comercio electrónico. Muestra cuál es el camino más fácil para entender todas las aristas legales del negocio, sin perderse en el intento. El libro presenta un mapa de temas y, además, traduce conceptos legales complejos en señales fáciles de entender.
Si bien el libro debe leerse como un todo, cada capítulo es independiente y se puede obtener mucha información de cada uno.
Lo más interesante, o lo que diferencia a este libro de otros, es que no habla solo de e-commerce, sino también de otros servicios que lo hacen funcionar, como fintech y shipping.
En síntesis, creo que lo más interesante es que el libro muestra una visión caleidoscópica y actualizada del negocio. Da un pantallazo sobre el e-commerce y luego hace doble click sobre algunos temas clave. En definitiva, se sientan las bases para que el lector siga investigando. Es un manual para abogados que quieran iniciarse en este tema pero también para los que quieran profundizar y ganar una visión bien comercial.
¿Tienes interés en establecer contacto con tus lectores? En ese caso, ¿podrías proporcionar información sobre los medios de contacto disponibles?
Creo que la mejor manera es conectarnos en el Programa de Derecho del Comercio Electrónico de la Universidad Austral.
En este, los lectores no solo podrán interactuar conmigo sino con varios de los autores del libro. Podrán traer dudas y resolver casos prácticos con los que se encuentren durante la práctica profesional.
De cualquier manera, me pueden encontrar en Linkedin, Gisela Martina Luski.
¿Cuál fue tu experiencia al publicar "Derecho del Comercio Electrónico" en colaboración con la editorial Universidad Austral Ediciones?
¡Muy buena! Lo más importante para mi era el timing de edición, dado el trasfondo tecnológico de la obra.
El equipo de Universidad Austral Ediciones, liderado por Miguel Rapela, estuvo a la altura de lo que necesitábamos, respondiendo rápidamente. La calidad del equipo editor liderado por Javier Luna, en el que participó Magdalena Conti, fue excelente. En tan solo dos meses el libro estaba editado y teníamos a disposición a Sol Albanesi, una Community Manager que potenció el evento de lanzamiento.
¿Existe algún otro aspecto que desearía comunicar en relación al libro, que no haya sido abordado con anterioridad?
Si bien se gestó como un libro para los alumnos del Programa de Derecho del Comercio Electrónico, nos sorprendió el interés general que despertó al momento de su lanzamiento entre los colegas de Argentina y también del resto de Latinoamérica.
Quienes escribimos este libro creemos profundamente en que el comercio electrónico transformó la forma en que interactuamos, compramos y vendemos bienes y servicios en apenas veinte años. Y el gran habilitador de esta revolución fue la tecnología.
Estamos en una era donde la tecnología está creando, optimizando el proceso productivo y también vendiéndonos los productos. Y esto va cambiando todo el tiempo. En este mundo y en esta industria la única constante es el cambio, como diría Sean Summers. Y este cambio impacta también al mundo del Derecho.
Por eso, es clave conocer el corazón de la materia sobre la cual se trabaja y, si es la tecnología, hay que actualizarse constantemente. Estar en beta continuo. Por eso, en todos los capítulos del libro hablamos de la tecnología sobre la cual aplicamos el Derecho, sin perder nunca de vista la pata comercial y la practicidad.
Quisimos hacer un manual de buenas prácticas. Dar soluciones para resolver las cosas de otra manera, no solo a través de demandas que duran años y que se resuelven cuando la tecnología en cuestión pasó de moda. Nos propusimos no aportar doctrina aislada de la realidad. Tomamos las normas existentes (muchas incluso anteriores a la aparición de Internet), y dijimos "bueno, esto es lo que hay y esto es lo que proponemos hacer para que en nuestra región se puedan seguir lanzando productos y servicios que mejoran la calidad de vida de todos". Básicamente, es lo que hacemos todos los días en nuestro trabajo.
En definitiva, sin engrandecer a este libro pero sin menospreciarlo, creo que va a ser un libro de referencia gracias a todos los autores que muy generosamente compartieron su visión sobre los puntos estratégicos de este negocio.
Por último, este libro no pretende para nada dar una definición definitiva del Derecho del Comercio Electrónico, pero sí sentar las bases para contestar algunas preguntas y dar ideas a los lectores para que puedan seguir investigando y profundizando.